Su Cuerpo Desnudo
Ella ya desnuda su alma y su corazón cada vez que habla conmigo, así que su cuerpo para mí es el templo donde se encierra todo aquello que amo. Imaginarlo es respetarlo y venerarlo, construirlo en una sola imagen es acercarla un instante a mi corazón más que a mi mente.
He notado su despertar y ha estirado sus brazos para alcanzar los rayos de sol entrando por los agujeros de la persiana como si le pertenecieran, yo me doy la vuelta en la cama y a duras penas abro los ojos, luchando en duermevela contra el sueño aún dueño de mí, así que lo único que consigo ver es su silueta sentada de espaldas, el pelo enmarañado y su olor corporal intenso, dulce, llegando a mi nariz en un acto de provocación. Su piel es del mismo color de su nombre, tersa y suave, sé que es humana por la cantidad de lunares que la pueblan, si no, pensaría en una hermosa afrodita bajada del Olimpo enviada por Zeus para seducirme y procrear un semidios. Sus brazos alzados y tensos, se me muestran fibrosos, bailarines, activos. Se ha dado cuenta que la observo, y vuelve ligeramente la cabeza para lanzarme una sonrisa de reojo, pícara y lasciva, a sabiendas que va a remover mi instinto animal con ese simple gesto. Su nariz juguetona me da los buenos días, pero opta por levantarse para darse una ducha.
Al incorporarse definitivamente me pone su trasero casi en mi rostro, un trasero ancho en forma de corazón, con glúteos brasileños, firmes por el deporte practicado, sugerentes a ser mordidos. Me está invitando a hacerlo, pero sé de igual forma que desaparecerán de mi alcance antes de siquiera poder rozarlos. Es uno de sus juegos favoritos, la provocación contínua para mantenerme hechizado durante el mayor tiempo posible. Al quedarse de pie, aún de espaldas, sus muslos prietos como columnas de mármol de Carrara, perfectos y delineados, separados a la altura de su sexo, justo en el cruce de caminos que separa la fantasía de la realidad, en ese lugar donde residen mis más húmedos anhelos.
Comienza a caminar en dirección a la puerta del dormitorio con su paso menudo y nervioso, reflejo de su sociabilidad, su elegancia al poner un pie y luego el otro, sus gemelos definidos volviéndome loco, su movimiento de cadera grácil y suave, como esa locomotora antigua poniéndose en marcha lentamente, consciente de ser observada, agradecida por el elogio de mi mirada cada vez más hambrienta de ella. Se da media vuelta para mostrarme el perfil de su pecho. Sabe de sobra que eso es lo que termina de volverme loco. Su pecho es menudo, tal y como a mí me gusta, firme, de pezones pequeñitos y sonrosados, erguidos solamente para mí, llamándome insistentes al baño para que los enjabone con suavidad.
Esta es una de las miles de maneras imaginadas por mí de verla desnuda. Desconozco si la realidad me será fiel a los sueños, pero he de ser paciente para desenvolver el lazo del regalo que me espera en un precioso lugar donde casi todos los días llueve, y es un arte más.
LEER ES UN PLACER DE LA VIDA, PERO LEERTE A TI ES UN PLACE DIVINO........UN BESAZO ......UNA VEZ MAS DE DIGO QUE ERES UN GENIO.
Muchas gracias, pero soy un humilde aprendiz.
Ah !! realmente deseo que la realidad sea fiel a tus sueño ...
y feliz amanecer !! Abrazos Marga con amor.
Sería estupendo. Muchas gracias por leerme, es todo un honor para mí.
Un abrazo, Marga
Precioso...
Muchas gracias, V.
Me encanta, me encatas.