Fantasía

Yo no quiero esa vida. Cierro los ojos y busco en la oscuridad al pequeño Attreyu, lo subo a mi tren, y juntos nos lanzamos a salvar a la emperatriz infantil una vez más en su torre de marfil, antes de que venza la nada, porque yo quiero, necesito, un reino donde existen los reyes magos y Santa Claüs, donde el valor de un libro me devuelve la ilusión del todo es posible, donde una sonrisa es infinitamente más necesaria que un billete de cien euros, donde hay música todo el día y nadie pide explicaciones o justificaciones a nadie, donde ella me abraza y me besa y me da mimos y yo la abrazo y la beso y le doy mimos, una pequeña isla fuera del alcance del consumismo, de crisis económicas, de stress y de los que se benefician de todo ello.
Abro los ojos y mi cabeza se estrella contra la realidad...
Imagen: La Historia Interminable
Por eso es la historia interminable
...El caso es que nos creemos prisioneros de la sociedad, y sin embargo estoy convencida de que somos prisioneros de nosotros mismos. Quien quiere vivir de otra manera, lo hace, y muchas veces, ni siquiera se van tan lejos. Aunque yo, si pudiera elegiría un sitio donde además de servirme a mi, pudiera echarle una mano a quien la necestita... Si pudiera...
Tu relato da fantasía puede llevar muy lejos, y salvarnos de la nada, si por un momento nos paramos en esa reflexión.
Siempre hay regalos....siempre.
Tenemos tanto que aprender de la mirada de un niño, nos hace falta seguir creyendo en los sueños, en esas cosas que nos han vendido como imposible los impostores que nos gobiernan. Las superficialidad que rebosa por todos los rincones del sistema es tan repugnante que a veces uno casi que no puede respirar, sigo creyendo en la magia de los sueños, algún día los haremos realidad...
Un abrazo compañero.