Veinte Años (IV)

Un pequeño apartamento de alquiler con dos habitaciones desprovistos de cualquier recuerdo, un salón repleto de juguetes, la cocina equipada con lo imprescindible, y un cuarto de baño era suficiente para los dos. Cuanto más escueto era todo, menos trabajo, menos enredos y más tiempo para disfrutar de lo que más quería en este mundo. Así, la vida era bastante más llevadera.
Por la mañana temprano, llevarlo a la guardería para poder hacer las labores de la casa. A mediodía, una nutritiva comida, de esas que hacían las abuelas, para que creciera fuerte y sano. A la tarde, al parque a jugar o pasear por la ciudad hasta la hora de la merienda, un baño y a la cama. A la noche, cuando dormía su retoño, la soledad y el cansancio la inundaban, y caía rendida en el sofá a ver un rato la televisión o a leer unas cuantas páginas de cualquier libro en el que la protagonista fuera una mujer, una mujer valiente y decidida y poder meterse durante un ratito en su piel, viajar por todo el mundo, caer rendida a los pies del galán que la llevaría a una vida mejor.
Así un día tras otro, la misma rutina, un lento día tras otro...
Imagen: Amadeo Modigliani
Veo que tus historias se sumergen en realidades que pudieran pertenecer "casi" a cualquier época.
Es de agradecer que un hombre muestre interés en plasmar la vida de tantas mujeres. Yo, te doy las gracias por ello.
Escribes bello.
Al principio creía estar leyendo sobre alguna heroína, pero la rutina del final le ha quitado encanto la la lucha diaria que emprenden tantísimas mujeres.
jajajajaja.........tendrás que esperar para saber si es una heroína o una villana, tan sólo llevamos 4 capítulos. Piensa que una de las causantes de tantas y tantas rebeliones suele ser esa tal "rutina".
Sigue leyendo, Negra, igual hay sorpresas.....