Mi Casa

Una casa debe tener vida, no sólamente muebles. Mi casa apenas tiene vida, apenas tiene muebles. Cuando llego a ella, tan de vez en cuando que ya ni me acuerdo, la primera sensación es de un cuidado abandono. No hay cortinas, no hay macetas, sólo libros y películas. Mi casa está hambrienta de corazones latiendo en su interior. El mío comenzó a latir, asi que, cuando regrese, su sorpresa será mi mayor regalo. Es posible que el combi que enciendo para leer tenga tonos más cálidos, el ruido de la lavadora se parezca más a una alegre obertura, las sábanas de mi cama estarán más calentitas. Abriré las ventanas, y esperaré que te cueles por una de sus rendijas. Tú y tu canto, tu sonrisa alegre, estáis invitados.

Imagen: Antoni Tapies

2 Response to "Mi Casa"

  1. Me senté a esperar... El olor a jabón casero que desprendían las sábanas recién lavadas, embriagaban mis sentidos y mi alcoba.
    Me senté a esperar... venían a mi recuerdo aquellos breves días, mientras, los últimos rayos de sol de la tarde me golpeaban suavemente y me invitaban a cerrar los ojos.
    Me senté a esperar... pero sólo encontré silencio.
    Me cansé de esperar, me calzé mis tacones favoritos y me lanzé a la calle. Aquella noche, las luces del astro rey que tanto y tanto se habían reflejado en mi cara, brillaban con más intensidad que nunca...

    Lo cotidiano nunca queda lejos de ser poesía, la sensibilidad nace en cualquier detalle, la calidez de tus letras encuentran el sendero bello de la literatura.
    Un gusto leerte.

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