La Habitación

Llevo encerrado en la misma estancia más de mil años, entre cuatro paredes. Si bien el espacio amplio, no hay puerta de salida, al menos a la vista. Los anaqueles están forrados por una biblioteca de suelo a techo. Es mi consuelo, libros por doquier, de todos los géneros imaginables. La habitación, además, tiene una mesa de escritorio, una silla, una cama donde dormir, una ducha con mampara y un retrete. No sé por dónde entran mis carceleros, pero no me falta comida, agua, sábanas limpias o jabón para asearme, navaja de afeitar y tabaco de liar.
Mi misión es escribir y leer, leer y escribir, idear historias partiendo de los manuscritos utilizando toda la imaginación de la que pueda hacer acopio. Solo obtengo un plato de comida al día y agua suficiente. Solamente se apiadan de mí en alguna fecha importante, lo digo porque me suelen obsequiar con una petaca de whisky. Esa al menos es mi impresión, no tiene otra explicación. Esa habitación es mi celda en el castillo de If, los libros son mi abate Faría. Debe haber una trampilla escondida en cualquier lado, aunque no sé si en realidad me quiero marchar. He leído acerca de cómo está el mundo ahora mismo. La gente se odia, se envidia, luchan unos contra otros, la humanidad vive en una continua guerra civil, quieren inmolarse, y sacrificar la naturaleza que les permite vivir. El único valor que impera es el dinero, la ley del más rico, el amor está dejando de existir.
Bueno, he de volver a mi literatura.

2 Response to "La Habitación"

  1. Decididamente no me gustan los finales abruptos cuando lo que quiero es seguir leyendo.

    Vreo que hay un capítulo dos, negra. Anyway, esto es microrrelato. Besicos varios

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