No se dará Más
El partido de fútbol fue precioso, una obra de arte de saber jugar. Eso es lo que veníamos comentando los cuatro al salir del estadio, con el volumen de la radio del coche muy bajito, con un oído en los comentarios exaltados de la cuadrilla y el otro en los resultados. Vamos a salir campeones, este año sí.
Ni siquiera recordaba que le prometí a mi mujer regresar directo para ir a cenar y llevar al niño al cine. La euforia era tanta que del asiento en el fondo sur pasamos directos al bar del centro comercial. Festejamos y festejamos. Era una ocasión única en la vida, no se iba a dar más.
Eso es lo cierto del caso. No se va a dar más. Si no conduces un Ferrari, no puedes tomar una curva a ciento cincuenta kilómetros por hora, porque te la comes.
Ahora no siento nada, ni la sensación de triunfo, ni ganas de cenar con mi mujer, ni uno de los cristales segando mi cuello de lado a lado.
MMMm, mal sabor de boca,compañero. Pero me gusta mucho cómo estás escribiendo y estas mini-historias.
Muchísimos abrazos y Feliz Navidad.
Es trabajo de campo, hay que escribir sobre todo lo que se pueda escribir. Besos de vuelta