Antonio y Amparo (VI: El final)
Una fina capa de nieve cae sobre la ciudad. El frío es seco, así que con una buena cazadora, guantes y gorro, apenas se siente en la cara descubierta. Un hombre solo camina avenida arriba, avenida abajo. Parece inquieto, masculla palabras ininteligibles si no se le presta atención. Entra en un bar y pide un café con leche descafeinado de máquina. Agarra el periódico de la mañana y busca en las páginas de sucesos. Lo hace día tras día desde hace más de un mes, pero nunca logra encontrar ese recuadro donde un corresponsal local narre su historia.
Definitivamente llega a la conclusión de que todo no fue más que un sueño, un hermoso sueño en el que no hubo un final. Como siempre.
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