Miedo
El miedo es otro compañero de viaje en esta humilde estación. Es un hábil trabajador, osado y molesto algunas veces, discreto y asustadizo otras. Es un despertador de corazones, manteniéndote alerta y espabilado. Se instaura cómodamente y actúa al límite de los sentimientos.
Yo siento miedo, muchas veces, pero el miedo no me convierte en timorato. Al contrario, es un acicate contra la desidia. Aparece y desaparece, me recuerda que estoy vivo, me recuerda que puedo amar, que estoy preparado para ello.
El miedo me empuja a seguir, y me observa a distancia, justamente en la pequeña distancia que nos separa, en ese decreciente agujero negro invadido por luces de colores y sentimientos de pasión, fuerza, belleza y dulzura.
El miedo, en realidad, no es un mal amigo, porque siempre te dice la verdad de lo que eres, de lo que no quieres ser, de lo que estás venciendo poco a poco.
El miedo me lleva al lugar donde estás tú, y donde estás tú es donde quiero quedarme, recuérdalo, donde quiero quedarme.
Yo siento miedo, muchas veces, pero el miedo no me convierte en timorato. Al contrario, es un acicate contra la desidia. Aparece y desaparece, me recuerda que estoy vivo, me recuerda que puedo amar, que estoy preparado para ello.
El miedo me empuja a seguir, y me observa a distancia, justamente en la pequeña distancia que nos separa, en ese decreciente agujero negro invadido por luces de colores y sentimientos de pasión, fuerza, belleza y dulzura.
El miedo, en realidad, no es un mal amigo, porque siempre te dice la verdad de lo que eres, de lo que no quieres ser, de lo que estás venciendo poco a poco.
El miedo me lleva al lugar donde estás tú, y donde estás tú es donde quiero quedarme, recuérdalo, donde quiero quedarme.
El miedo es sabio. Tan sabio como el dolor. Cada uno en su justa medida modelan el espíritu y, como bien dices, hacen que te sientas vivo.
Es cuestión de pactos. Es cuestión de negociar con los dos, para que el miedo al dolor se tome unas vacaciones y te deje aqui, justo donde quieres estar.
Por que no vienes y te quedas para siempre? Animo,vence al miedo!! El es un cobarde pero tu no.
Y cada uno de los pasajeros, desde su vagón, te veremos pasar y colgar esa boina gris en la estación donde te quieres quedar... Sonreiremos y rozaremos la punta de tus dedos mientras bailais vuestro tango en la estación final... Amigo... sé feliz.
Maquinista, un texto magistral. El miedo es un sentimiento humano, y de humanos es padcerlo, y de valientes superarlo. Ahí es donde hay que estar, atendiendo a los miedos para conocerlos, para sufrirlos, vivirlos y sobrevolarlos a base de amor, de lucha y de ideas. Un abrazo. Gran blog compañero. Le sigo leyendo.